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Oct 23, 2019

El autoengaño es menos traumático que la decepción. En otras palabras, la decepción es más traumática para nuestras emociones que aceptar el autoengaño. Así, preferimos salvaguardar nuestras narraciones en base a las explicaciones conocidas en lugar arriesgar otras narraciones posibles. Este estado, aunque ficticio y con frecuencia doloroso, es un lugar más seguro que la incertidumbre que genera el descubrimiento.